Invertir, hoy por hoy, es anclar nuestro ahorro de forma continuada a la evolución y crecimiento de la economía mundial.
Es muy habitual hablar a una persona de un plan de ahorro e inversión y que te haga la pregunta: ¿Qué seguridad tiene esto? ¿Puedo perder mi dinero?
Te respondo… Hoy voy a hablarte de diversificación y de una estrategia que también llamamos 5D.
Cinco pasos para estructurar nuestra cartera que, además, nos ayudan a combatir el riesgo en nuestras inversiones.
Por orden de importancia, hablamos de diversificación temporal; diversificación entre títulos; diversificación geográfica, sectorial y en divisas; según el potencial de crecimiento y, finalmente, por instrumentos de inversión.
1.Diversificación temporal
Economistas de la talla del norteamericano Richard Thaler —padre de las finanzas conductuales— recuerdan hoy, en pleno siglo XXI, la importancia de la diversificación temporal o de definir el destino de nuestro ahorro e inversiones a partir de unos objetivos a corto, medio y largo plazo. Es lo que se conoce como la primera diversificación básica.
Sin embargo, la mayoría de los inversores no tiene en cuenta esos horizontes temporales porque no forman parte de sus hábitos. Se suele pensar que el mismo dinero que destinamos a las vacaciones de verano nos resultará suficiente cuando llegue el momento de pensar en la jubilación.
Por muy común que sea este comportamiento, gestionar nuestro dinero de la misma forma es un error. Es como pensar que el pequeño coche con el que recorremos unos pocos kilómetros a lo largo de la semana nos servirá para viajar por toda Europa.
Solemos ahorrar por costumbre, por miedo, por incertidumbre, por si acaso… Pero hay que definir los objetivos de ahorro. En ese sentido, la diversificación temporal tiene mucho que ver con la definición de esos objetivos.
2.Diversificación entre títulos
En general, la diversificación no busca tanto la rentabilidad como incrementar la seguridad. De hecho, cuanto más diversifiques, más atenuarás la volatilidad y más reducirás el riesgo de pérdidas. Evidentemente, no está hecha para aquellos que buscan un “pelotazo” en un año. Por ello, en lugar de concentrar títulos de pocas empresas, en lugar de tener un solo activo, lo recomendable es tener muchos títulos.
3.Diversificación geográfica
Seguramente a la pregunta de por qué ha elegido un activo del Ibex 35, el inversor conteste que porque es un buen activo. Es lo que se conoce como disonancia cognitiva. Una respuesta que nuestro cerebro acepta como razonable pero que, en realidad, no tiene ninguna base científica. Y es que muchas veces elegimos un título por proximidad y en función de nuestro pasaporte. En otras ocasiones nos guiamos por lo que conocemos, o simplemente compramos en función de la información a la que tenemos acceso a través de los medios de comunicación.
La diversidad geográfica se basa en el crecimiento mundial. El resto de ideas son certezas de nivel inferior. ¿Crecerá Estados Unidos? Quizás. ¿Lo hará Europa? No lo sabemos. En cambio, históricamente, el conjunto de la economía del planeta lo ha hecho porque el PIB crece. Puede ser que unos años el mercado de renta variable internacional refleje este crecimiento y otros lo haga menos, pero la tendencia es la misma como véis en la siguiente imagen.
De hecho, la idea de la diversificación se basa en no intentar adivinar cómo irá un activo o un país, sino anclar nuestro ahorro al crecimiento mundial. Así ha evolucionado la economía desde la Segunda Guerra Mundial, que solo frenó en seco en 2009. Se trata, por lo tanto, de aplicar una estrategia basada en un crecimiento sostenido a largo plazo.
4.Diversificación según el potencial de crecimiento
Además de aprovecharnos de esa evolución, lo aconsejable es destinar una parte de nuestra inversión a mercados con mayor potencial de crecimiento y empresas emergentes. Es la manera de participar de economías y sectores que pueden generar mayores oportunidades. De esta forma, este tipo de diversificación —según el potencial de crecimiento— nos permite destinar un porcentaje de nuestra cartera a países como China, India y otro tipo de economías emergentes, además de hacerlo también con sectores emergentes.
5.Diversificación por instrumentos de inversión
Por último, tenemos la posibilidad de utilizar una diferente tipología de instrumentos de inversión. No solo existe la inversión directa o los fondos, sino que también hay herramientas que responden a exigencias concretas de los inversores, como pueden ser productos específicos, con ventajas fiscales, etc. El hecho de contar con productos o instrumentos de características diferentes entre sí permiten reducir aún más el riesgo y cumplir mejor con las exigencias del ciclo financiero de la vida del cliente.
Con el apoyo de un profesional y la fuerza de la estrategia 5D, aprovecharás las potencialidades de una planificación que permite alcanzar lo más importante para un ahorrador: proteger y aumentar las posibilidades de incrementar tu patrimonio.
Saludos!